Este plaguicida ecológico actúa por contacto, reblandeciendo la cutícula protectora de los parásitos, que utilizan además para respirar. Provoca la asfixia de éstos, sin dañar a otros insectos beneficiosos como las abejas o sus propios predadores naturales, útiles también para controlar la plaga. Este plaguicida no entra en la planta (no es sistémico) y se degrada rápidamente, por lo que no requiere plazo de seguridad. Además, tiene un efecto limpiador sobre las hojas: lava los residuos generados por los insectos, evitando la aparición de la negrilla. También es útil para combatir este hongo al inicio de la infección. Es biodegradable e inocuo. Para colmo, de rebote, es una fuente de potasio para las plantas. El mejor momento para realizar el tratamiento será a la salida o la puesta del sol, en ausencia de viento y lluvia que lave la aplicación. Serán convenientes varios tratamientos para controlar la plaga.